Estoy superando un berrinche...
Déjame que te lo cuente y luego me presento.
Hoy he leído en Linkedin que alguien se quejaba de los “sobre mi”; pero con mala leche, con saña. Decía que todos eran iguales: el típico despido después de toda la vida en una empresa y el camino hacia la reinvención.
Este señor daba por hecho que la gente se lo inventaba para dar pena, como la típica película de serie B en la que todo empieza con una desgracia y al final el bien y la justicia acaban triunfando.
Me molestó bastante.
Hay muchísimas personas que durante los últimos años han perdido su empleo, mucha. Y tienen todo el derecho a luchar, a rehacer su camino y a gritarlo todo a los cuatro vientos; si les viene en gana.
Faltaría más.
– Señor de Linkedin, si le molesta ver cómo alguien es capaz de recuperarse de un golpe tan duro, la cosa es simple, no lea esas secciones. Deje usted de sufrir.
Yo me empapo de todas, me encanta ver cómo la gente triunfa.
Hola, soy Rafa Villegas y soy uno de esos cuentistas de "Serie B" odiados por los gurús de Linkedin.
A mí me gusta más llamarme currante, pero cada cual elige.
No perdí mi trabajo; dijéramos que ayudé a mi empresa a que me invitara a abandonarla no aceptando un traslado obligatorio.
Era directivo en un banco y llevaba 10 años queriendo dejar el sillón, el despacho forrado de madera y la corbata.
¿Pero, por qué provoqué mi propio suicidio laboral?
Bien.
Durante mi carrera, he dado préstamos, hipotecas, cuentas de crédito, refinanciado deudas, etc…
Pero lo que realmente me encantaba era oír la frase: “… Rafa, tengo un problema (financiero) en mi empresa, necesito que me ayudes…”
Ahí salía la máquina de matar que llevo dentro… jejeje
Para mis clientes no era solo «el que daba dinero»; tenía su confianza. Era alguien a quién recurrir en caso de problemas; todas mis acciones aportaban valor y eso me hacía sentir bien.
Como anécdota, te diré, que un año fui nombrado pregonero de las fiestas del pueblo donde estaba mi oficina. Casi no sobrevivo de los nervios que pasé, pero fue brutal como experiencia.
Pasaron los años y con la deriva de las entidades bancarias todo cambió y yo acabé peleándome con mis clientes por los 6€ de comisión de una tarjeta.
Eso era humillante para ellos y para mí.
El fin de la historia ya te lo he contado al principio. Espero haber sido breve y no muy lacrimógeno; más que nada por si el amigo de Linkedin eres tú.
Y aquí estoy ahora, haciendo cosas que me hacen sentir bien.
Sí, pero no ha sido fácil.
Empezar de cero con 47 tacos, familia e hipoteca es muy jodido.
Mucho más que jodido.
Lo comparo con un viaje en montaña rusa: te subes con mucha ilusión y cierta incredulidad, con la sonrisa forzada y los nervios a flor de piel.
A medio camino piensas, – ¿se puede saber quien coño me han mandado a mí subirme a este cacharro?; pero ya no hay vuelta atrás, tienes que continuar sí o sí.
Cuando el maldito tren se para, te bajas medio mareado aunque contento de haber sido valiente, con la adrenalina a toda pastilla y dispuesto a subirte en la siguiente atracción.
Puede ser que hayas ido al parque de atracciones por propia voluntad o por dar gusto a tus hijos, pero si vas, es para subirte en todo.
Aunque te acojone.
Porque la otra opción es sentarte a ver cómo los demás se divierten mientras tú esperas muerto de miedo.
Continúo. ¿Cómo sobreviví a mi viaje en el Dragón Khan?
Me hice Trafficker, que no tiene nada que ver con deshacer atascos.
En bonito, así como para rellenar currículum, un trafficker es un experto en compra de tráfico.
En jerga de pueblo, sería un experto en hacer campañas de publicidad en redes sociales para vender los productos de mis clientes, para darles notoriedad como marca, o para tener más likes en sus publicaciones…
Con el tiempo descubrí que si mis campañas no transmitían de forma potente los beneficios de aquello que quería promocionar, la cosa cojeaba.
Me hice Copywriter.
Traducción simultánea: especialista en escribir textos persuasivos.
En jerga de pueblo: aplicar argumentos de venta infalibles a los textos de las webs, publicaciones en redes, blogs.
Básicamente cualquier texto que deba aparecer en una pantalla y su objetivo sea vender.
Pero, aún así, todavía algo no me cuadraba…
Las campañas de publicidad en redes son realmente buenas, pero sinceramente, «son pan para hoy y hambre para mañana».
Y ahora dirás: “… este tío está loco, se tira piedras contra su propio tejado…”
No es así.
Verás.
Si te gastas un dinero en hacer un anuncio en Facebook y luego tu proceso de venta no funciona, tu web tiene telarañas, o tu servicio de atención al cliente es como el de las líneas telefónicas, ¿de qué sirve decir en el anuncio que eres el mejor?
De nada.
La gente comprará, si acaso una vez; pero no volverá.
Y tú como empresario no quieres eso.
Y yo, como tu especialista en marketing, tampoco.
¿Qué ingrediente faltaba? LA ESTRATEGIA.
Y para ayudarte con una estrategia efectiva dedico todos los días de mi vida a formarme.
El mundo digital crece a una velocidad tal, que si te tomas una semana de descanso, cuando vuelves todo parece escrito en jeroglífico egipcio.
Bueno, llegamos al final de mi viaje que queda así:
Estrategia de ventas + Textos Persuasivos + Publicidad = BOOOMM!
Ahora sí que empieza a gustarme la música
(ABRO PARÉNTESIS para aclarar que no sería justo si no dijera que en Linkedin hay muchos profesionales que valen su peso en oro y es una red dónde se aprende mucho. Te recomiendo que te abras perfil y le dediques un ratito a diario).
Resumiendo. ¿Qué vas a ver si te quedas por aquí?
Procuro dar un servicio claro, directo y rentable a mis clientes, además escribo bastantes mails a mis suscriptores. En todo ello intento que encuentres inspiraciónpara que puedas hacer cosas grandes por tu pequeño negocio.
También haré todo lo posible para que me contrates; ¿de que sirve sino todo este tinglao?.
Pero eso ya, es cosa tuya.